lunes, 22 de noviembre de 2010

Malnacidos, mataron a un pibe en merlo…

Esta no fue la nota de título de ningún diario o revista, ni el avance de un noticiero televisivo, ni la leyenda de una pancarta en medio de manifestantes, ni un grafiti en una pared. Aunque podría haber sido. Pero no.
Esta fue la expresión de bronca, generalizada, del personal policial, que recorrió con la velocidad de un rayo y que retumba en todas las dependencias policiales de la provincia de Buenos Aires, hasta en los pueblos más pequeños, al conocerse el desenlace del caso Gorosito.
El vil asesinato del joven FABIAN GOROSITO de 22 años a manos de personal policial de la Comisaría 6º de Merlo (Mariano Acosta) es un hecho devastador para la familia de la víctima en primer término y luego para la fuerza policial, que se ve manchada por la conducta repugnante de unos pocos miserables, revelados como asesinos.
Desde APROPOBA, donde estamos recibiendo un aluvión de correos de personal en actividad, agraviados por la conducta criminal de unos pocos, hacemos llegar a las decenas de miles de hombres y mujeres policías, que a pesar del miserable salario y condiciones laborales adversas, salen día y noche a honrar su compromiso con la comunidad, poniendo lo mejor de cada uno para el legítimo lucimiento personal y de la institución.
A ellos, y muy especialmente a quienes trabajan con corrección en la zona de los hechos, que intempestivamente se sienten invadidos por la sensación de abatimiento y vergüenza, que inevitablemente desmoraliza y hace bajar los brazos, llegue toda nuestra comprensión y solidaridad.
Sabemos que noticias tan horribles como estas, tienen el efecto de una granada detonada en el centro de la mesa. Se siente que de nada sirve el sacrificio de los camaradas caídos, ni la buena voluntad puesta en el servicio, ni el afán de perfeccionamiento, ni la abnegación de los heridos. De pronto todos quedan en blanco, como desnudos, sin mérito alguno, frente a una sociedad enojada con legítima razón, pero muchas veces injustos en la evaluación de los hechos.
A todos ellos los exhortamos a seguir trabajando con honradez y dedicación, que es la única y mejor manera de restañar estas heridas. Y a los camaradas de la zona involucrada, que redoblen esfuerzos y aporten el máximo de colaboración con sus superiores y con la justicia, más que nunca, para que estos inmundos asesinos, todos los implicados, reciban la merecida condena, y que quienes puedan demostrar inocencia recuperen su libertad.
Desde APROPOBA, como entidad que intenta representar a todos los hombres y mujeres que componen la Policía de la Provincia de Buenos Aires, expresamos nuestro más profundo repudio por el brutal asesinato.
Seguramente nunca se podrá describir con palabras el infinito dolor de la familia GOROSITO por la pérdida de un hijo a mano de chacales, vulgares asesinos; además de traidores a la sociedad, a la institución policial y a miles de compañeros de trabajo.
Tampoco será fácil para esta familia satisfacer la propia necesidad de justicia, cuando los criminales son nada menos que quienes tenían la obligación sagrada de cuidarlos. Nada terrenal será suficiente. Ni el máximo de condena…
Solamente en Dios Nuestro Señor hallaran justicia, sabiduría y la paz de la resignación.
A EL acudiremos con nuestras oraciones por esta familia.

Jesús Evaristo Scanavino
Comisario (ra)
Secretario de Organización de Apropoba

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