El crimen de Mariano Ferreyra fue conmovedor. Mariano un joven de 23 años, militante político, afiliado al Partido Obrero muere por impactos de bala gatillados desde un arma empuñada por un matón a sueldo de la dirigencia delgremio cegetista de la Unión Ferroviaria.
Ya no hay nada que lo devuelva, hay una persona menos, un militante político menos, una expresión de participación política juvenil asesinado gratuitamente por un sicario. Juicio y castigo exigimos para los responsables materiales e intelectuales.Pero no nos alcanza con exigir juicio y castigo. El crimen, la muerte, lleva a reflexionar sobre los factores sociales y políticos que hacen posible que ocurra un hecho cómo este ¿cómo se llega a esta salvajada? ¿Cómo se actúa abiertamente asesinando a alguien con la convicción de quién se sabe impune?
Lo primero que se desprende en torno a las interpretaciones políticas variopintas es que la polarización entre gobierno y “oposición” no deja pensar con claridad, más bien entorpece y confunde. Se habla y escribe estrictamente en función de cada proyecto político con mezquindad, enfocándose en temas secundarios y evitando el debate más importante, la ausencia de libertad sindical permite este tipo de hechos, que son prácticas habituales en el accionar de los gremios cegetistas y que no hay opción porque no hay libertad .Es el modelo sindical para esta etapa de desarrollo capitalista, que intenta ser disciplinador de la clase, a favor de los intereses de las grandes empresas y de las propias, porque no cabe duda que el conjunto de la C.G.T. es un sindicalismo empresarial, basta con ver las tercerizadas, todo bajo la atenta mirada del Ministerio de Trabajo y del Ejecutivo Nacional.
El accionar de este grupo armado no es comparable al de la Triple A, aunque en ella actuara la derecha peronista de la CGT. La Triple A era un grupo político paramilitar consustanciado con organismos oficiales actuando por orden del poder político y siendo parte del plan sistemático de instalación del modelo neoliberal. Eran parte de una estructura más grande que definió el modelo económico del país.
El accionar de este grupo armado no es comparable al de la Triple A, aunque en ella actuara la derecha peronista de la CGT. La Triple A era un grupo político paramilitar consustanciado con organismos oficiales actuando por orden del poder político y siendo parte del plan sistemático de instalación del modelo neoliberal. Eran parte de una estructura más grande que definió el modelo económico del país.
Lo que sí es correcto, es que el accionar de la Triple A y el terrorismo de Estado construyeron éste modelo sindical conciliador, empresarial y mafioso masacrando a los cuadros del pueblo y extirpando el sentido de clase a las organizaciones obreras que hoy conforman la CGT. De ahí que muchos dirigentes se vieron en la necesidad de romper y construir la Central de Trabajadores Argentinos.
El asesinato de Mariano Ferreyra es consecuencia directa de tres datos de la realidad insoslayables: los negocios de las tercerizadas que conforman un estado general de flexibilidad laboral; la existencia indignante de una organización gremial que viola toda mirada de defensa de la clase, que se pone al servicio de la explotación patronal utilizando incluso las armas en la defensa de esos intereses; la lucha racional de quienes no soportan sus condiciones de trabajo en un Estado democrático para el cual se debe garantizar la condiciones dignas de vida a cada ciudadano.
La realidad asimismo arroja otra triste desventura: no existe libertad sindical en la Argentina y esto sí es responsabilidad del gobierno nacional. Desde la asunción de Néstor Kirchner hasta la fecha los reclamos de la CTA y de la OIT en este sentido son reiterados, así como el caso omiso por parte de los cuadros que conforman la mesa chica que gobierna el país.
La tercerización (el motivo que desencadenó la lucha) es parte de la política empresarial en general que hace que los números del empleo sean tan bonitos en las cadenas de difusión en actos presidenciales. La flexibilización laboral es otra realidad que no se enfrenta. La salida es la libertad sindical y la erradicación de las tercerizadas.
Los interrogantes que se abren son, si el gobierno nacional está dispuesto a reconocer que los asesinos de Mariano Ferreyra son parte de la estructura gremial sobre la cual éste se apoya a la hora de confrontaciones electorales y en los armados políticos, o si está dispuesto a dar la batalla por la libertad sindical enfrentándose a ésta mafia que hoy lo apoya y poner el discurso de las libertades en consonacia con la realidad. Llamamos a cada uno de los militantes del campo popular a despojarse de toda obsecuencia y falsas miradas. Fue asesinado un militante de un espacio político popular, es un asesinato contra toda expresión de rebeldía y contra todo el arco de la izquierda y el progresismo.
No puede existir en nuestra Patria militantes de primera y de segunda, rechazamos los intentos de macartismo a los que están sometidos los compañeros, y es nuestra obligación moral salir al cruce con toda claridad y energía. Estaban en el lugar reclamando lo que les corresponde y la política les niega.
Reforzamos nuestro compromiso y empeño entusiasta en consolidar la construcción de una alternativa política amplia que pueda terminar con la connivencia entre estas mafias y su relación con los gobiernos y pueda permitir el libre ejercicio de la organización sindical en la Argentina.
Federación Juvenil Comunista Bahía Blanca
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