Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires
Trámite de Inscripción Ministerio de Trabajo de la Nación Expte. Nº 115.860/01
COMENZANDO A DESPERTAR
Las distintas tiranías que asolan desde hace años a nuestro país, entre militares y últimamente con título democrático se han distinguido más que nada en el último medio siglo en violar sistemáticamente los derechos de muchos ciudadanos y entre ellos especialmente los de los ciudadanos policías, para quienes además les cabe el estigma de la creencia popular, también direccionada, de ser partícipe o responsable en mayor o menor medida de esas mismas violaciones para con sus conciudadanos.
Tan grave ha sido este punto para con los policías de la provincia de Buenos Aires que incluso se llegó a hacer creer a sus integrantes, mediante hechos y aleccionamiento apropiados que carecían de todo derecho previsto por la Constitución Nacional y las leyes y que incluso resultaba hasta honorífico y meritorio guardar silencio por más justo que pudiera resultar el reclamo, todo ello por supuesto en perjuicio del funcionamiento del sistema de seguridad del que forma parte principal con lo que inexorablemente se retro-alimenta a su vez el descontento ciudadano con la fuerza y sus integrantes, maniobra, que está demás decirlo, es de práctica generalizada por nuestra dirigencia política para desviar hacia un destino imposibilitado de defenderse culpas que le son propias.
El ciudadano policía ha sufrido durante la vigencia de ambos sistemas de gobierno males parecidos, aunque nunca con la virulencia, la gravedad y la permanencia en el tiempo con que fuera implementada durante la vigencia del último y actual sistema llamado eufemísticamente democrático y por el que además no poco dolor, sudor, lágrimas y sangre, sobre todo mucha sangre derramada fue aportada por nuestra policía para su logro y defensa.
Una década completa de negación a los ciudadanos-policías de la provincia de Buenos Aires a través de la llamada “Ley de Prescindibilidad”, votada por todos los partidos con representación parlamentaria en su oportunidad y tolerada posteriormente sin que se denunciara su inconstitucionalidad que afectó a miles de camaradas sin derecho a defensa y muchos de los cuales nunca se enteraron de porque se los echaba, llevando a muchos a la desesperación, la miseria y aún la muerte, no resulta cosa menor aunque se pretenda disimular su gravedad institucional por violación a los derechos humanos y las grandes responsabilidades comprometidas.
A pocos días de que finalice la última prórroga de esta maldita norma que tanto daño ha causado, asistiremos los policías a su muerte “por causas naturales” y no por la acción decidida, valiente, comprometida y también reparadora de tantas injusticias, de algún sector político con vergüenza propia, por más que se lo haya reclamado insistentemente desde esta tribuna y en cuanta entrevista hemos podido obtener.
No obstante, la finalización de vigencia de tan arbitraria norma es un dato meramente anecdótico, sus consecuencias las siguen sufriendo miles de camaradas y sus familias y es nuestra responsabilidad seguir reclamando por los actos reparatorios necesarios como también de mantener en la memoria este triste capítulo que empaña la democracia argentina y ensucia inevitablemente a nuestra clase política con una mancha permanente que recordaremos en cada oportunidad propia para que NUNCA MAS se juegue de esta forma con la dignidad, el trabajo, la carrera y la vida de los ciudadanos-policías.
Llegará el día en que podamos recordar este vergonzoso capítulo de la historia argentina colocando en la sede de los tres poderes del gobierno provincial una placa que recuerde quienes y en que fecha idearon tal despropósito, quienes lo convalidaron con su voto como representantes del pueblo y quienes lo toleraron desde una justicia indiferente.
Los policías de la provincia de Buenos Aires están despertando de esa pesadilla que les impidió conciliar el sueño hasta a los más sanos en sus acciones é intenciones por pender sobre sus cabezas permanentemente la “Espada de Damocles”, que vendría por su estabilidad, su carrera, su dignidad y su honra cada vez que fuera necesario completar un número para anunciar una “purga” policial como ofrenda a los dioses de la multitud y la prensa y así calmar sus reclamos de orden y seguridad.
Hoy las cosas han cambiado mucho, y la reciente encuesta puesta en marcha desde nuestra página así lo demuestra, gran parte de nuestros camaradas en actividad han perdido su miedo y se expresan cada vez con libertad y dándose a conocer, esto es más que una señal, es la demostración indiscutible que ya no habrá más tolerancia hacia el maltrato, el desprecio y las injusticias, poco a poco los policías van demostrando que están dispuestos a luchar por sus derechos ciudadanos.
Y ello no significa, como seguramente querrán hacerlo aparentar, ni la rebelión, ni la huelga ni los auto-acuartelamientos que solo sirven para mostrarnos indisciplinados frente a la sociedad, el arma más poderosa: la palabra, es la que tenemos que utilizar en esta lucha por más que años de reprimido silencio nos haya alejado de ella cuando se nos inculcaba que hasta opinar libremente era una infracción a la disciplina en lugar de un derecho constitucional y humano.
Digamos con respeto, pero con firmeza y sobre todo con verdades cuales son las condiciones en que debe trabajar un policía para poder cumplir acabadamente con su función frente a la sociedad, aclaremos de quienes son las distintas responsabilidades sin temor ni vergüenza, mucho se ha caminado en ese sentido desde esta página y la señal más alentadora es el hecho de cómo se nos suman camaradas en actividad que dicen lo suyo, que oportunamente haremos llegar con las reservas del caso a los representantes políticos comprometiéndolos para que por lo menos no puedan decir que no se enteraron de la realidad.
Esperamos que muchos mas camaradas se sumen a esta iniciativa respondiendo a la encuesta publicada en nuestra página extendiéndose en comentarios sobre su propia visión de la cuestión para que la idea no signifique solamente el pensamiento de los pocos que constituimos la directiva de esta asociación, sino el pensamiento generalizado de estos ciudadanos que no por vestir uniforme dejan de serlo, conocer lo que somos, lo que debemos y lo que se nos debe, es al decir de Mariano Moreno lo necesario para no mudar de tirano sin destruir la tiranía.
El camino hacia la sindicalización y a través de ella la defensa de nuestros legítimos derechos se encuentra consolidado y la meta esta cada día más cercana, ahora es imposible retroceder, solamente ese espíritu de lucha y sacrificio que los policías siempre hemos demostrado en la defensa de los derechos de los demás nos llevará a lograr la defensa de los propios. Seguiremos exigiendo a nuestros representantes que asuman sus responsabilidades como representantes del pueblo y concreten de una vez por todas este derecho constitucional olvidado reconociendo a los trabajadores policiales los mismos derechos que contempla nuestra Constitución Nacional y las leyes a todos los ciudadanos argentinos.
MIGUEL ANGEL REYNOSO
Secretario General
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